Mi Hermano Mayor...

Mi hermano mayor (HM), que me lleva 10 años, comenzó con la guitarra desde niño, en el colegio, gracias a un profesor con vocación. El mismo profesor, a su tiempo se encargaría de enseñarle música a mi hermano “Sandwich” (“Sandwich” porque es el hermano del medio), el cual me lleva 5 años. Y más adelante a mí, pero creo que conmigo la cosa no funcionó. Fui un fiasco, no aprendí guitarra ni a entonar decentemente una canción.

Mi HM era un ídolo para mí, jerárquicamente solo un poco por debajo de mi madre. Él, al ser el mayor de una familia que tenía como único puntal a la Madre, reemplazó el lugar que debió ocupar mi Padre, por lo menos así lo sentí siempre. Mientras mi mamá trabajaba todo el día hasta tarde, haciendo horas extras, mi hermano mayor se encargaba de cuidarnos, darnos once, acostarnos, y finalmente, esperar a mi madre con un café porque llegaba muy tarde generalmente, ahora veo que era una carga muy pesada para un niño de 12 o 13 años. Y no intento culpar a nadie con esto, no quiero imaginar que hubiera pasado si él no hubiera estado allí, dispuesto a colaborar con paciencia, voluntad y madurez. No es el ideal que un “niño” se encargue de “más niños”(porque adelanta muchos años y no disfruta su infancia), pero las circunstancias se dieron de aquella manera.

Siempre encontré un refugio con mi HM, ya que mi hermano “Sandwich” cumplió el papel de hermano molestoso xD … juguetón y travieso, que le gustaba molestar a “La hermana Chica” (yo). Mi HM  me defendía de mi otro hermano, que no perdía oportunidad para jugar bruscamente conmigo y dejarme llorando :D… aunque agradezco este trato porque aprendí a defenderme (físicamente) desde chica :P

Un recuerdo de muy pequeña aparece cuando tenía unos 5 años. En las tardes mi HM solía practicar guitarra, echando mano a unos cancioneros muy deslavados por el uso y el trajín. En el dormitorio, yo me sentaba en la cama que quedaba justo en frente de él, recuerdo que a veces mis pies apenas tocaban el suelo, la luz del sol pegaba en las cortinas amarillas e iluminaba todo el dormitorio con ese tono dorado de las 5 de la tarde, y él, con la vista fija en los cancioneros populares, tocando temas de Alberto Plaza, Illapu y Silvio Rodríguez, intérpretes prohibidos para aquella época de régimen militar aún. Me gustaba mucho escuchar a mi hermano tocar guitarra, me perdía en esas canciones, era feliz con aquella armonía, a veces yo las cantaba con él y le provocaba una sonrisa.

Mi hermano y su Guitarra

En muchas ocasiones quise agradecer a mi hermano mayor por lo importante que fue y es para nosotros, pero probablemente nunca encontré el momento hasta hoy. Y ahora, me siguen faltando las palabras de agradecimiento para él, por sus cuidados, por el cariño, y por las grabar en mi memoria aquellas canciones que hablan sobre los ideales del hombre.

Si tengo que escribir sobre algún momento feliz de mi niñez, sin duda serían estas tardes musicales…