Buscar este blog

miércoles, 2 de marzo de 2011

La Perla

Sé que mi blog tiene en su mayoría contenidos melancólicos, recuerdos que atesoro demasiado y que mi autismo deja ver únicamente en esta ventanita, que es el blog. No es necesario explicar el por qué de estos contenidos, solo puedo decir que tengo muy buena memoria para ciertas cosas y que llevo aquellos recuerdos “Like a Tattoo” como la canción de Sade.
El ser humano, por lo menos por estos lados del planeta, tiende a ver el vaso “medio vacío”, y yo no era la excepción hace 10 años atrás. Hasta que un día, una buena amiga me enseñó que las experiencias que nosotros consideramos “negativas” en realidad no lo son, toda experiencia sirve, sobre todo las experiencias tristes, de ellas podemos aprender mucho, incluso, que debemos agradecer por tenerlas. Me hizo replantearme la manera de pensar en esa época, mirar las cosas de otra manera, quizás, dar descanso a mi mente que le da vueltas y vueltas a viejos episodios de mi vida.
Ayer pude leer unas páginas de uno de mis autores favoritos, Khalil Gibran, y una vez más me regaló hermosas y tranquilizadoras palabras, las cuales quiero compartir porque siento que vienen al caso:

LA PERLA

Dijo una ostra a otra ostra vecina:
-  Siento un gran dolor dentro de mí. Es pesado y redondo y me lastima.
Y la otra ostra replicó con arrogante complacencia:
- Alabados sean los cielos y el mar. Yo no siento dolor dentro de mí. Me siento bien e intacta por dentro y por fuera.
En ese momento, un cangrejo que por allí pasaba escuchó a las dos ostras, y dijo a la que estaba bien por dentro y por fuera:
- Sí, te sientes bien e intacta; mas él dolor que soporta tu vecina es una perla de inigualable belleza.



Enseñanza alquimista? Quizás. Seguiré mi camino entonces, intentando transformar mis recuerdos tristes en algo valioso...